Viajes a Mallorca

Esta isla, con casi 80 kilómetros de distancia de un extremo a otro, sobresale por su diversidad. Playas blancas entre pinares y acantilados, un paisaje único marcado por los contrastes.

Sus aguas son ideales para la práctica de actividades náuticas como submarinismo, windsurf, pesca, vela o surf. El 40 por ciento de su territorio está protegido y esto es gracias a la variedad y belleza de sus paisajes; como montañas y costas rodeadas por paradisíacas y tranquilas aguas cristalinas de fina arena, la Sierra de Tramontana que forma impresionantes calas y acantilados, y el Parque Nacional Marítimo y Terrestre de Cabrera.

Además el gran interés histórico y cultural, su típica gastronomía y su agradable clima hacen de Mallorca un gran destino turístico.

Los orígenes de Mallorca datan del 3500 a. C. en la época del Neolítico, la gran riqueza cultural de la isla es debida a las diversas influencias que ha tenido a lo largo de su historia. Los primeros pobladores conocidos fueron los honderos baleáricos.

La isla ha contado con civilizaciones como los romanos, bizantinos, visigodos, omeyas, almorávides y almohades, hasta que las tropas de la Corona de Aragón de Jaime I el Conquistador, que desde Salou arribaron a la isla en 1229, conquistaron definitivamente la isla para los cristianos.

Hoy en día podemos encontrar huellas de todas estas civilizaciones en su territorio, como son por ejemplo las ruinas de la ciudad romana de Pollentia, la actual Alcudia.

La gastronomía mallorquina reúne el poso de todas las culturas que han modelado su personalidad. No faltan en la cocina de la isla ni los platos cimentados en la riqueza de sus legumbres, ni los que tienen en el mar y en su pescado el fundamento de su exquisitez, ni los que han hecho de la carne la fuente de sus espléndidos sabores. Con especialidades como la sobrassada, coca mallorquina, frit mallorquí, sopes mallorquines, la frescura del trampó y el delicioso tumbet. Muchas comidas van acompañadas de pan mallorquín (moreno o blanco) o galletas de aceite, tipo quelitas que son típicas de la isla.

El dulce por excelencia es la ensaimada, con sus diferentes variedades: rellenas de crema, cabello de ángel, chocolate o con trozos sobrasada y calabaza confitada.

Una de las visitas imprescindibles son las Cuevas del Drach conocidas por su iluminación y el lago Martel, uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo, en este lago se ofrecen diariamente conciertos de música clásica en directo.

El Castillo de Bellver con su característica planta circular y la majestuosa Catedral son visita obligada en la ciudad de Palma así como un paseo por su casco antiguo visitando los característicos patios de las casas señoriales y el Palacio de la Almudaina.

Sin olvidar en el barrio de Son Españolet la visita al Pueblo Español el cual acoge un amplio conjunto de reproducciones de casas, palacios, iglesias, fortificaciones, monumentos y detalles típicos de las distintas comunidades autónomas españolas.